Hace 20 años la mayoría de las empresas tenía oficinas con varios privados y salas de reuniones, pero hoy reinan las plantas libres para fomentar el trabajo colaborativo y en equipo. En el mismo tiempo se ha duplicado la superficie por ocupante en oficinas, en donde se estima que Chile hay en promedio 12 m2 por ocupante (Marcelo Cox, 2017) y si incorporamos la vacancia que produjo la pandemia, (que modifico por lo demás la estructura en nuestros espacios de trabajo) este número puede haber aumentado aún más.
Pero cuando las empresas se ven enfrentadas al momento de remodelar sus oficinas y espacios de trabajo hay una pregunta que no siempre se hacen: ¿Es mejor (o no) la distribución de las plantas libres de las oficinas para trabajar, sobre los espacios privados o más reducidos? Actualmente llegan varios clientes pidiendo despear “las interrupciones” de las oficinas (los tabiques, mamparas de vidrio y privados) para dejar entrar a la nueva era de trabajo colaborativo, mesas de trabajo extensas y espacios de “encuentro casual” para fomentar las charlas de pasillo y le generación de nuevas ideas.
Pero la verdad es que existen algunos estudios que dicen lo contrario: el trabajo colaborativo y en equipo es mejor a posteriori que cada individuo haya “hecho su parte” y se junten a repasar notas. O bien, surgen algunos problemas, como el malestar de ciertos ejecutivos al sentirse incomodos en estos espacios de trabajo más abiertos, lo que incluso en algunos casos puede llevar a su renuncia.
En el libro “Quiet”, de Susan Cain, se pone en evidencia que el tipo de espacio tiene mucho que ver con el tipo de persona, y puede aumentar o disminuir su rendimiento y afinidad con la empresa según como sea. En un estudio, un 62% de los empleados indicaron que preferían trabajar en espacios pequeños con mayor intimidad y protección contra interrupciones, y un 78% de trabajadores de espacios abiertos indico que estos generaban más interrupciones y esto afectaba su rendimiento laboral. En ese sentido, los espacios privados y abiertos no tienen relación con la jerarquía de los trabajadores, si no con el tipo de personalidad: que solo los gerentes estén en privados no es deseable; algunos de ellos necesitan estar en espacios abiertos para recargar energías o bien algunas personas de “menor rango” requieren pasar parte de su día en espacios cerrados.
Evidentemente no todo es blanco o negro, por eso es importante tener evidencia a la mano y así evaluar que alternativas calzan mejor en la empresa, dependiendo del tipo de personas y sus labores. Asimismo, para los arrendadores, tener plantas mixtas de estos conceptos puede incrementar la posibilidad de aumentar la ocupación de sus espacios.